🎓 Cuatro formas femeninas de libertad frente a los nazis

En el contexto de los setenta y cinco años que transcurren desde la celebración de los Juicios de Nüremberg, se ha celebrado la mesa redonda ‘Mujeres frente al totalitarismo’. Durante la misma se ha recordado y homenajeado la figura de cuatro mujeres que hallaron la forma de construir su espacio de libertad y plantar cara así al régimen nazi: Sophie Schöll, Etty Hillesum, Edith Stein y Hannah Arendt. 

Al hablar de Etty Hillesum la psiquiatra y profesora de Psicología, Mar Álvarez ha resumido una cualidad que compartieron las cuatro protagonistas. Ha hablado de la “capacidad de mirar al horror frente a frente y negarse a que la crueldad nazi fuera la única perspectiva de la historia”. Esta fue, a su juicio, la gran lección que dejó el paso de Hillesum por los campos de exterminio: “con sólo una persona que se resistiera a la deshumanización, el exterminio ya habría fracasado”. 

Sophie Schöll, miembro de la Rosa Blanca, también encontró amplios caminos de libertad donde todo parecía sellado y clausurado. Su conclusión ante el horror que presenció es que la indiferencia sólo conducía a una desaparición estéril e insignificante. Como ha subrayado la historiadora Laura Giordano “si permaneces pequeño, piensas que lo tienes todo bajo control, pero es sólo una ilusión porque la vida siempre está al borde de la muerte”. Frente a esta constatación, Schöll consideraba que “cuando todos los caminos están cerrados” nos queda la posibilidad de elegir “la forma de arder”. “Podemos ser velas pequeñas o antorchas grandes”. 

Edith Stein fue una antorcha grande y deslumbrante “Ofreció su vida como víctima propiciatoria para la salvación del pueblo judío y alemán”. A Stein “no la mataron, murió porque quiso”, ha destacado la profesora de Filosofía del Derecho Carmen Cortés al respecto de esta mujer que hoy es santa co-patrona de Europa (Santa Teresa Benedicta de la Cruz). 

Perder el miedo a pensar

La ponencia sobre Hannah Arendt ha corrido a cargo de la periodista Teresa Gutiérrez de Cabiedes. La vida y la obra de esta pensadora deja un importante legado. En primer lugar, está la idea de que “hay algo más dañino que la maldad humana: la irreflexión”. Esto le llevó a hablar de “mal banal” frente a la idea de “mal radical”. El cambio de perspectiva llegó a colación del juicio al dirigente nazi Adolf Einchmann, acontecimiento que cubrió como corresponsal acreditada para el New Yorker. Fue en ese contexto cuando se percató de que las peores atrocidades pueden ser fruto de la falta de reflexión y la superficialidad. Su conclusión fue que Einchmann no era un hombre muy distinto de cualquiera sino “un perfecto burócrata”. 

Arendt no hizo lo que se esperaba de una periodista judía: presentar a Einchmann como la encarnación misma del mal, y asumió por ello el “martirio intelectual por contravenir el discurso oficial de la historia. El ejemplo de Arendt nos advierte frente a la pretensión totalizadora del pensamiento dominante y de lo políticamente correcto, aspectos muy presentes en la actualidad. “A Arendt no se le perdonó su honradez intelectual”. Frente a la presión de la mayoría, y como hizo ella, “tenemos que perder el miedo a pensar y contar lo que pensamos”. 

La mesa redonda ‘Mujeres frente al totalitarismo’ ha sido organizada por la Comisión de Igualdad de la Universitat y el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala dentro de las actividades del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.