🎓 Hacer política de emociones positivas

El peso de lo emocional en la realidad política actual es mayor que otros periodos históricos. La influencia de aspectos relacionados con la emoción no tiene que ser necesariamente negativa. Como explica el periodista y analista político Toni Aira, lo interesante es regular la calidad y la cantidad de la emoción. 

Fecha: viernes, 16 de abril de 2021 a las 14:30h

Hacer política de emociones positivas

El peso de lo emocional en la realidad política actual es mayor que otros periodos históricos. La influencia de aspectos relacionados con la emoción no tiene que ser necesariamente negativa. Como explica el periodista y analista político Toni Aira, lo interesante es regular la calidad y la cantidad de la emoción. 

En cuanto a la calidad, sugiere la opción de fomentar sentimientos positivos. “Tradicionalmente, se ha movido el vector de los sentimientos negativos, pero podría optarse por estimular sentimientos positivos para despertar interés por la política. Es algo que podría hacerse”.

Lo cuantitativo remite a una cuestión de medida. Lo emocional tiene que estar presente en el debate político, pero hay que “equilibrar la dosis de razón y emoción. Ahora hay una sobredosis de lo emocional. Fundamentalmente de emociones negativas”. 

Aira ha expuesto estas ideas durante un encuentro con los estudiantes de Periodismo, que, en el marco de la asignatura Redacción Periodística II, habían analizado a conciencia las ideas vertidas en el libro del ponente: La política de las emociones. Cómo los sentimientos gobiernan el mundo

Pendientes del último giro

El hecho de que lo emocional condicione tanto la política en la actualidad es, en parte, reflejo del contexto presente. Según ha expresado Aira, “algo está pasando en nuestra sociedad que nos hace más adictos a las emociones”. 

El esquema comunicativo actual tampoco contribuye a una política nacida del sosiego y la reflexión. “Hace veinte o treinta años, los políticos estaban más protegidos, lo que contribuía a su credibilidad. Hoy todo va más rápido y sucede a la vista de todos. Muy pronto se les ve el cartón”. 

Por otro lado, la sociedad digital proporciona constantemente al político datos sobre cuáles son las tendencias del momento. Esto dificulta fijar posiciones sólidas, ya que los mandatarios viven pendientes del último giro de un entorno muy cambiante. Esta inestabilidad “somete al político a un gran estrés”. 

Por ejemplo, pocos dirigentes pueden permitirse formular una disculpa pública como la que hizo Angela Merkel. “Pudo pedir perdón porque se lo había ganado”. En este sentido, Aira ha aludido a la fortaleza del liderazgo de la canciller, una persona que no sólo está pendiente de “captar” tendencias sino que se siente con la capacidad de “crearlas”. 

A lo largo de la obra, se identifican las diez emociones principales del mundo de la política y se asocia cada una de ellas a un personaje concreto. Merkel, Trump, Pedro Sánchez, Putin, Pablo Iglesias o Santiago Abascal, entre otros, ven retratadas sus estrategias en el espejo del sentimiento que las define.  

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