🎓 "Será necesario un Plan Marshall”, según Ramón Alfonso 

Los efectos del coronavirus en nuestra sociedad tienen una importante derivada económica. Aunque los gobiernos y la Unión Europea han aprobado medidas para paliar los estos efectos, las medidas hasta ahora acordadas “parecen limitadas”. En caso concreto de la unión, lo aprobado hasta la fecha es más “un anuncio de intenciones” que un plan de acción definitivo. Así lo considera el profesor del Departamento de Empresa y Economía de nuestra universidad, Ramón Alfonso. 

Fecha: viernes, 27 de marzo de 2020 a las 12:30h

"Será necesario un Plan Marshall”

Los efectos del coronavirus en nuestra sociedad tienen una importante derivada económica. Aunque los gobiernos y la Unión Europea han aprobado medidas para paliar los estos efectos, las medidas hasta ahora acordadas “parecen limitadas”. En caso concreto de la unión, lo aprobado hasta la fecha es más “un anuncio de intenciones” que un plan de acción definitivo. Así lo considera el profesor del Departamento de Empresa y Economía de nuestra universidad, Ramón Alfonso

Ante esta situación, no son pocos los economistas que han pedido al Banco Central Europeo que aumente el programa de compra de obligaciones, que actualmente se sitúa en 2,6 millones en activos. Las peticiones de que se intensifique el programa han ido creciendo al mismo tiempo que aumentaban los costes de endeudamiento de los países del sur de Europa, que han llegado a niveles que no se veían desde hace un año, expone Alfonso.  

Las señales emitidas por el BCE se han concretado hasta ahora en la  presentación de un plan para comprar 750 millones de bonos adicionales y un compromiso sin limites para defender la zona euro. 

En esta situación, cabe esperar medidas de mayor intensidad, porque “sí será necesario un Plan Marshall”, afirma Ramón Alfonso. “Es altamente probable que sea necesario el uso combinado de medidas excepcionales de estímulo por parte de gobiernos y bancos centrales”, añade.  

El futuro económico  

El futuro en la economía mundial no es muy alentador. Según Ramón Alfonso, “en muchos países, los efectos de la parada económica a causa del coronavirus tendrán un impacto que se extenderá en el tiempo mucho más allá de la crisis sanitaria”. También destaca que la estimación de algunos economistas es que podemos estar ante contracciones del 30 % del PIB en muchas economías. 

Esta cifra del PIB se explica por las dificultades que tendrán muchas empresas en un futuro para recuperar el nivel de ventas, los retrasos o cancelaciones de proyectos de inversión y los ajustes en las plantillas, donde se enfrentaran muchas personas al paro e inhibición de consumo. También, si España decidiese el cierre total de producción, esto “implicaría un nivel suplementario de deterioro económico y una complicación adicional a la recuperación”, según Alfonso. 

Keynesianismo de moda 

En este contexto es previsible que  “la aplicación de medidas de estímulo por parte de los gobiernos puede alcanzar una mayor presencia en trimestres y años inmediatos”. Es decir, “podemos pensar que el keynesianismo se pondrá de moda”.

Muchas autoridades han mencionado el concepto ‘economía de guerra’, que se define como “el conjunto de contingencias asumidas por un estado moderno para movilizar su economía la producción de guerra”. Este podría incluir mayor planificación, asignación de recursos, racionamiento o imposición de tasas. La ‘economía de guerra’ también se vincula con el ‘keynesianismo militar’, que, desde el punto de vista de la demanda agregada, consiste en que el presupuesto militar “estabilice los ciclos y las fluctuaciones empresariales o también se utilice para combatir las recesiones”. Desde la óptica de la oferta, la ciencia económica también ha registrado un curioso fenómeno: el conflicto bélico estimula el progreso tecnológico y pone las bases para una recuperación más vigorosa. En todo caso, concluye Ramón Alfonso, una economía de guerra siempre implica “una mayor participación del estado, que toma el control de los recursos de producción”.