🎓 Crónica de un Cairo sin gatos y sin policía

Habiéndose cumplido más de una década desde la explosión de las primaveras árabes, es momento de echar la vista atrás y analizar lo que significaron aquellas semanas en las que se removieron viejas estructuras en el norte de África y algunos países de Próximo Oriente. 

Fecha: jueves, 22 de diciembre de 2022 a las 12:30h

Crónica de un Cairo sin gatos y sin policía

Habiéndose cumplido más de una década desde la explosión de las primaveras árabes, es momento de echar la vista atrás y analizar lo que significaron aquellas semanas en las que se removieron viejas estructuras en el norte de África y algunos países de Próximo Oriente. 

En este sentido, la Cátedra de Estudios Mundiales Antoni de Montserrat de nuestra universidad organizó un encuentro con el embajador Pedro Calvo Sotelo, con el encargo de que este diplomático compartiera sus impresiones sobre el impacto de la Primavera Árabe en Egipto. Pocas personas tan cualificadas como él, ya que ocupaba la segunda posición en la Embajada de España en El Cairo cuando sucedieron estos acontecimientos. 

De la exposición de Calvo Sotelo queda una enseñanza clara: lo difícil que es, en ocasiones, ver venir los acontecimientos, aunque sean de esta magnitud. En el caso de la primavera egipcia, “nadie pensaba que pudiera estallar una revolución que hiciera caer a Mubarak” ni tampoco nadie supo ver que en las elecciones resultantes el setenta por ciento de los votos iba a ser para partidos islamistas. “Es enormemente difícil ver venir las cosas”.

A través de anécdotas parciales, el embajador construyó un mosaico descriptivo de la sociedad egipcia que le tocó vivir. Una sociedad dominada por el islamismo, pero no monolítica. No sólo por la existencia de la minoría copta (un diez por ciento) sino porque ese mundo islámico puede estar “tan lleno de diferencias como el mundo cristiano”. 

Así, Egipto brinda multitud de realidades aparentemente contradictorias, pero que dan cuenta de una realidad llena de matices: vecinos musulmanes que afirman haber tenido una visión de la virgen, colegios católicos que albergan las mejores bibliotecas de temas islámicos, familias de pedigrí musulmán que se educan en escuelas de jesuitas. Si bien es cierto que hay un punto de sintonía: la religiosidad. “El mundo musulmán, lo que no entiende es el mundo no religioso”, apuntó el embajador. 

Calvo Sotelo aplicó la misma técnica descriptiva para referirse a los acontecimientos de la Primavera Árabe. Así, fue tejiendo el relato de un “Cairo en llamas”, del que desaparecieron los gatos y la policía. “Nunca había visto una degradación tan grande de la seguridad”. Y de unos jóvenes, los de la plaza de Tahrir, que eran personas “formadas y con mucho conocimiento de las redes sociales”. 

Así fue al principio, pero luego los jóvenes de los Hermanos Musulmanes se sumaron a la plaza y, tras la caída, de Mubarak, “empezó a romperse la unidad”. Al final, la lucha de los jóvenes de Tahrir acabó en la victoria de los islamistas. Ellos tampoco lo vieron venir. 

La sesión con el embajador Calvo Sotelo fue introducida por el director de la Cátedra de Estudios Mundiales, Juan Corona, y contó con la presencia del rector, Rafael Rodríguez-Ponga

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