🎓 Los parámetros sobre las etapas profesionales cambian de la mano de la longevidad

El economista y profesor de la Universitat, Joaquín Solana, ha presentado recientemente su tesis doctoral sobre “Longevidad, nuevos retos y oportunidades para la dirección y el emprendimiento”, enmarcada dentro del área del Management

Fecha: lunes, 03 de julio de 2017 a las 09:30h

Los parámetros sobre las etapas profesionales cambian de la mano de la longevidad

El economista y profesor de la Universitat, Joaquín Solana, ha presentado recientemente su tesis doctoral sobre “Longevidad, nuevos retos y oportunidades para la dirección y el emprendimiento”, enmarcada dentro del área del Management.

Ante la errónea creencia de que si los mayores se jubilan quedará más espacio para los jóvenes, Solana defiende el retraso de la edad de jubilación, necesario tanto para el equilibro financiero como para el bienestar físico y cognitivo de la población.

En una sociedad en la que “cada ser humano que nace hoy tiene unas probabilidades del 50% de superar los 100 años”, se vuelve necesario replantearse los parámetros sobre las etapas profesionales, la edad de jubilación e incluso el concepto mismo de jubilación. Según Solana, la tradicional división de la vida en tres etapas (educación, vida activa y jubilación) llega a su fin. “Nos adentramos en escenarios mucho más complejos y enriquecedores, de múltiples etapas y de mayores opciones”.

Con una sociedad cada vez más envejecida y una natalidad que se reduce, los más mayores tienen qué decir en el panorama empresarial.  Según el último estudio de la Kauffman Foundation para los Estados Unidos, el 30% de los nuevos emprendedores tienen más de 50 años, dato que también corrobora un reciente informe del Global Entrepreneurship Monitor sobre emprendimiento sénior.

El trabajo de investigación, dirigido por la directora de estudios de Dirección de Empresas, Dra. Carmen Ruíz Viñals, está también dirigido a la emprendimiento de los de más edad y recoge una serie de propuestas para incluir a los mayores en el ámbito empresarial. Como por ejemplo, aprovechar su experiencia y conocimientos para hacer de mentores a los jóvenes con mucha preparación, pero poco expuestos a la realidad laboral. De esta manera, combinando correctamente los activos de los más longevos con los que brindan las generaciones más jóvenes la empresa sale reforzada.
En definitiva, “la dirección de personas evolucionará de forma inevitable”, la actitud emprendedora, a todas las edades, es una riqueza disponible que debe cultivarse y promoverse, cambiando valores y estereotipos todavía presentes, más cercanos al siglo XIX que al XXI en el que estamos.

Los parámetros sobre las etapas profesionales cambian de la mano de la longevidad