La adquisición de las capacidades de lectura y escritura es un proceso complejo. Requiere que el niño disponga de una base metalingüística previa y tenga una concepción de la palabra como unidad específica.
Las nuevas tecnologías, a las que con frecuencia vemos como una interferencia en el proceso de aprendizaje, pueden ser también una herramienta de gran potencial al servicio de la lectoescritura. El método Glifing, cuya eficacia ha sido contrastada en la práctica, es una buena prueba de ello. Por ello, se ha organizado esta sesión, en la que un profesional experimentado explicará las claves de la aplicación del método.
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