🎓 La prensa forma parte de esa élite a la que Trump dice no querer pertenecer, advierte Paolo Mancini

El profesor del Departamento de Comunicación Política de la Universidad de Perugia, Paolo Mancini, ha realizado una jornada de conferencias en la Universitat para los alumnos de Periodismo

Fecha: viernes, 26 de mayo de 2017 a las 13:30h

La prensa forma parte de esa élite a la que Trump dice no querer pertenecer, advierte Paolo Mancini

El profesor del Departamento de Comunicación Política de la Universidad de Perugia, Paolo Mancini, ha realizado una jornada de conferencias en la Universitat para los alumnos de Periodismo. Sus investigaciones se centran en la relación entre los sistemas políticos y  los mediáticos, materializadas en el libro Comparing Media System. Three Models of Media and Politics, escrito junto a Dan Hallin, y en el estudio de las campañas políticas. Gracias a su larga trayectoria, Mancini es hoy un referente mundial en el ámbito académico de la comunicación.  

¿Qué significa la profesionalización del periodismo y qué supone?

Es un concepto complejo y dudoso. El periodismo es una profesión liberal, es decir, no tiene reglas muy precisas qué seguir como los médicos o ingenieros. Por ello la profesionalización del periodismo es volátil. Podríamos decir que hay ciertas reglas para los periodistas, ante todo deben ser independientes a los poderes, separar entre los comentarios y las noticias, y entre la interpretación y el reportaje. Otra regla sería la función de control sobre el poder. Pero estas no son precisas y dependen del contexto social, político y económico.
¿Podríamos decir que los periodistas españoles, al igual que los italianos, son militantes y partisanos?

Hay muchos contactos con el poder político, pero no diría que son militantes, ya no. Solían serlo hace unos años, cuando los sistemas mediáticos europeos cambiaron dramáticamente a sistemas muy politizados. Pero ahora, esos sistemas dependientes en el Estado se han movido hacia la comercialización. ¿Son partisanos? Sí, pero cada vez menos, aunque siguen estando muy cercanos a los poderes políticos. Las grandes empresas confían mucho en los poderes políticos, son partisanos en cierto modo porque dependen de ese poder. Sobre todo porque han sido nombrados por sus conexiones políticas.

Usted decía que la voz dominante en los telenoticias es de los partidos políticos y que apenas hay espacio para la voz del ciudadano. ¿Por qué existe esa tendencia? ¿Es así en todas las democracias occidentales?

Depende de a quién se dirija ese medio, la audiencia. Por ejemplo, el periódico británico, The Sun, no dedica largas páginas a la política ni a políticos, porque su audiencia no está socializada en la política. Pero periódicos como El País o La Repubblica tienen una audiencia socializada en la política y por ello dedican tanto espacio a las figuras políticas y a la política en general.

¿Qué papel deberían tomar los medios ante la corrupción y cuál están tomando? ¿Qué diferencia hay entre la cobertura mediática de la corrupción en países del norte de Europa y los del sur?

Estamos investigando sobre la cobertura de la corrupción en distintos países y hemos notado que hay una dramática diferencia entre las democracias establecidas y las nuevas o democracias en transición. Así la cobertura es muy diferente entre Francia o Renio Unido e Italia o países del Este. Principalmente, porque los primeros se enfocan en la corrupción en el extranjero, corrupción internacional, corporaciones o en el deporte. Los segundos, se centran en su propia corrupción política y pública. Además, la corrupción es más difusa en el sur de Europa y en el este. John Thompson decía que cuando los partidos políticos son débiles, volátiles y las instituciones públicas no están bien definidas, los escándalos sirven de instrumento para atacar  y destruir la reputación de un contrincante político. La política está muy personalizada en los del sur y el este, donde funciona la política de la confianza en una figura.

¿Cómo percibe el periodismo actual? ¿Cuáles son sus carencias?

Está claro que el periodismo es cada vez más borroso, confuso. Con el periodismo ciudadano ¿Quién es el periodista? La figura profesional está desapareciendo en cierta medida, porque cada vez tenemos más noticias e información de blogs y Facebook, de gente que no es periodista. La circulación de la prensa está decreciendo y también el consumo de televisión.
En cuanto a las deficiencias, existen varios problemas. La rapidez es el problema que provoca la inmediatez de las noticias, cada minuto llegan nuevas noticias, y esta velocidad no permite chequear la veracidad de las noticias.

¿Qué es la era de la “posverdad”? ¿Por qué no decimos mentira?

La llamamos posverdad porque está de moda, por supuesto. Mentiroso es una palabra mala, pero posverdad es algo nuevo y que despierta la curiosidad. En un sentido es bueno para el periodismo, porque en un mundo donde cada vez hay más necesidad por el chequeo de lo que es noticia y lo que es mentira, el periodista se convierte en un profesional necesario para seleccionar. Y esta labor no la puede hacer nadie que no sea periodista.

¿Son los sistemas políticos quienes moldean a los sistemas mediáticos o puede llegar a ser al revés?

Hay una influencia recíproca, no hay duda de que los estados y los sistemas sociales moldean los sistemas mediáticos, y que éstos crecen en un contexto social, político y económico que afecta a la manera en que se desarrollan. Pero tampoco hay duda de que los sistemas mediáticos están moldeando el contexto social. El sistema político depende cada vez más del mediático, la retórica política ha cambiado por la televisión, porque no le permite largos discursos.  Incluso la propia idea de partidos políticos ha cambiado, cada vez son más débiles. Vemos el ejemplo de Macron en Francia, quien ha ganado gracias a los medios y sin una organización política. Este movimiento, nacido hace un año, se ha sostenido gracias a la televisión, que ha transmitido la figura del joven  político, bueno, guapo y con una buena esposa.

Media System Analysis salió a la luz en 2004 a la vez que Facebook. El libro no pudo analizar el fenómeno de las redes sociales. ¿Cuál ha sido el impacto de éstas en los sistemas mediáticos y su análisis?

En 2004 los nuevos medios todavía no tenían ningún peso. Probablemente es algo que tendríamos que estudiar, cuál es la conexión entre los medios previos y los nuevos. La manera en que los medios tradicionales se organizan, probablemente influye en cómo trabajan los nuevos medios. Los mismos métodos que utilizamos para estudiar los medios tradicionales seguramente también se puedan aplicar para estudiar los nuevos.

Según el último informe sobre libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, EE.UU ha descendido dos puntos en la clasificación mundial ¿Cómo cree que puede influir Trump y su particular visión de la política al periodismo americano?

No estoy seguro de que esta clasificación funcione tan bien. Pueden ser útiles si comparas situaciones muy diferentes, como Kenia y Estados Unidos. Pero, para medir dos puntos de diferencia, no sé si es útil. Sobre Trump, su victoria y sus continuos ataques a los medios, han favorecido a la prensa escrita, que ha visto un incremento en su circulación. Las élites mediáticas forman parte de la élite intelectual, una élite de la que no forma parte Trump ni quiere. 

¿Y el Brexit en Reino Unido? Según el mismo informe también habría descendido dos puntos.

El caso del Brexit es exactamente el mismo fenómeno. El Brexit y Trump forman parte de esa nueva contradicción que parece existir en el mundo entre las élites mundiales, de las que los periodistas forman parte, y las tendencias políticas que están creciendo fuera de esta élite. La prensa escrita está creciendo en las ciudades grades. Londres votó en contra del Brexit, en París Le Pen consiguió apenas el 5% de los votos, todas las grandes ciudades americanas votaron en contra de Trump, y estas son las ciudades donde los medios están creciendo. Existe esta división entre los lugares en los que se encuentran estas élites y los lugares en los que estas no están.

Leyre Merino Fernández, estudiante de Periodismo y Ciencias Políticas

La prensa forma parte de esa élite a la que Trump dice no querer pertenecer, advierte Paolo Mancini