🎓 Principios y normas para la nueva normalidad tecnológica

Pero, al mismo tiempo, “le estábamos proporcionando una información valiosísima a grandes empresas”.

Fecha: miércoles, 27 de mayo de 2020 a las 15:30h

Principios y normas para la nueva normalidad tecnológica

Se habla de nueva normalidad en alusión a una cotidianidad marcada por protocolos de seguridad sanitaria hasta la fecha inexistentes o mucho más laxos, pero hay otra normalidad inminente sobre cuyos desafíos no hemos reflexionado bastante: la realidad tecnológica. 

En estos días de confinamiento hemos podido disfrutar de las enormes ventajas que proporciona la tecnología. Esta nos ha permitido estar en contacto y aliviar el confinamiento. Pero, al mismo tiempo, “estábamos proporcionando una información valiosísima a grandes empresas”. Gracias a esta información, y con el apoyo de la inteligencia artificial, “podrán extraer unas pautas de comportamientos que nos hacen más predictivos y sensibles a la manipulación”, advierte el doctor y profesor del grado en Periodismo y del máster universitario en Comunicación Digital y Nuevas Tecnologías de nuestra universidad Xavier Salla

Los desafíos no se limitan al potencial del big data en términos comerciales. Desde hace años se vienen gestando unas tecnologías de naturaleza “mucho más invasiva” que, además de ser grandes logros, nos plantean importantes retos como especie. Se refiere Salla al transhumanismo, la biotecnología y la tecnoinformática. 

Transhumanismo

El transhumanismo es un paradigma que llega de la mano de tecnologías digitales capaces de integrarse en el cuerpo. Hablamos de tecnologías que se incorporan para dar una funcionalidad mejor que los propios órganos biológicos, como sería el caso de “ojos con acceso a una nueva internet con nuevas aplicaciones”. Esta capacidad abre la vía a la aparición de “nuevas castas de seres humanos”. Salla los denomina “seres humanos potenciados”, una nueva clase dominante frente a la que quedarían relegadas a la irrelevancia las personas sin capacidad de acceder a la tecnología. “Y ya sabemos que lo que es irrelevante, tarde o temprano, se extingue”. 

 

Sin embargo, estos desafíos antropológicos podrían encauzarse si la sociedad fuera capaz de generar un debate consistente sobre los principios y normas que han de regir la nueva convivencia tecnológica. Este es el llamamiento que formula Salla: las instituciones y los agentes sociales deben implicarse a fondo en una reflexión que todavía no se ha hecho. Es preciso sentar estas bases porque “donde tú no decides, otros lo hacen por ti; las multinacionales capaces de introducir estas grandes mejoras tecnológicas serán las que definirán nuestro futuro si no lo hacemos nosotros”, argumenta. 

Ejemplos ya ha habido de lo que sucede cuando la tecnología irrumpe en un campo sin reglas claras. Así, la necesidad de buscar una solución improvisada al conflicto planteado por la aparición de Uber y Cabify ya fue “un aviso de que vamos a un escenario en el que la tecnología tiene la capacidad de modificar los comportamientos, puestos de trabajo y estilos de vida y no estamos dibujando cómo queremos que sea esa sociedad”. 

‘Smart city’ y empoderamiento digital

Las llamadas smart cities, que actualmente se presentan como un modelo de gran potencialidad para garantizar la movilidad en condiciones de seguridad sanitaria, presentan también este dilema. Por un lado, la visión utópica nos presenta la smart city como “una ciudad que se anticipa a nuestras necesidades”. Por otro, plantea el mismo problema que el resto de grandes tecnologías digitales: si llegan a un entorno inmaduro, abre la puerta a que grandes corporaciones transnacionales se conviertan en “pseudogobernantes de las ciudades”. Si estas grandes empresas “consiguen que sus plataformas se introduzcan dentro de las grandes ciudades, prescindir después de esta tecnología en favor de otra solución resultará imposible. Será un sometimiento y dependencia digital”, expone el profesor Salla. 

Por todo lo expuesto, cobra cada vez mayor importancia la formación en la realidad digital. “Cuanta más gente haya empoderada en las tecnologías más fuerza tendremos para fijar los criterios de la nueva sociedad”. 

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